DiVagaCiencIA

3.1.06

El error fundamental

Asumir que tenemos acceso a algo más allá de toda posible experiencia de nuestros cuerpos, que hay trascendencia (véase La caída del velo de la trascendencia), es el error en que se basan los prejuicios en contra de la ciencias abocadas al estudio de la emergencia del “diseño” de los organismos y de la intención.

Mientras nuestras experiencias en bruto, lo que los filósofos denominan “qualia”, en sentido estricto son evidencias físicas y nada más, el pensar que las abstracciones que hacemos de ellas son lo que justifica su existencia es una forma de confundir al diseño y a la intención como causas físicas. Las confusiones de este tipo son el origen de las más enraizadas creencias culturales, tanto así que acaban permeando incluso al pensamiento científico puesto que es muy frecuente entre la comunidad científica el prejuicio de que la lógica y las matemáticas son más fundamentales que nuestras experiencias (véase Las vaguedades del lenguaje) cuando es al revés, como lo señalan los recientes hallazgos de la ciencia cognitiva.

Desde un punto de vista memético resulta obvio que este error es bastante apto para sobrevivir y reproducirse en múltiples variantes, tanto así que es un digno estereotipo del devenir de la cultura, pues el motor de la cultura es sobrevivir a expensas de las experiencias de la gente y necesita de la trascendencia no porque sea real sino porque en pretenderla le va ser lo que es, está fundada en su ilusión…

Es el conflicto de intereses entre la herencia cultural (memes) y la herencia biológica (genes) el que distingue al ser humano como animal neurótico (véase Las monerías de lo cautivo). La herencia de los genes es lo que se encuentra detrás de las pulsiones sexuales, del ello, mientras que los memes están detrás de las exigencias de la conciencia moral, del súper yo. Desde este punto de vista memético - psicoanalítico resulta claro cómo el yo es la única parte de la estructura psíquica de los individuos que no cuenta con unidades de herencia, puesto que los qualia que constituyen la experiencia subjetiva de las personas no pueden replicarse, ya que siendo estrictos sólo tenemos acceso a nuestros propios qualia: estamos condenados a nuestra subjetividad.

Mi postura es que el yo es un producto secundario y dependiente de la comunidad memes-genes; asumir su independencia es otra forma de trascendencia, lo intuitiva y culturalmente normal no porque sea verdadera sino porque ayuda a perpetuar la comunidad y con ella las unidades de herencia implicadas… El esclarecimiento de la relación de dependencia existente entre el error de la trascendencia y la ilusión del yo es un punto de coincidencia con el budismo al que acaba llevándonos la memética, quizás inevitablemente.


¿Es este error necesario para vivir? Creo que depende a quién o a qué se le pregunte.