DiVagaCiencIA

13.12.05

La tragedia de los consumidores

Cuando le preguntas a una persona común y corriente en qué forma puede ayudar a la ecología seguramente te va a decir que separando la basura o plantando árboles o alguna acción obvia de ese tipo, mas raramente te dirá que cambiando sus hábitos de consumo… hay personas que por no tener geográficamente cerca un lugar con deterioro ambiental creen que no lo dañan, mientras que lo que consumen tiene que provenir forzosamente de algún lugar. Este enfoque donde lo que importa es cuál es el lugar último en que recaen los efectos de nuestros hábitos es a lo que se le ha llamado la “huella ecológica”.

La idea central es que cada quién deja la huella ecológica de lo que consume, huella que suele ser entonces difusa por la multiplicidad de lugares de donde se extrae la materia prima con que se fabrica lo que consumimos, por lo que a pesar de la gran magnitud que la huella de una persona puede tener su efecto se percibe como menos dramático que el de un patito bañado en petróleo agonizando en una playa donde acaba de encallar un buque petrolero. ¿Cómo cambiar esta predisposición dramática en la cabeza de las personas por un sentimiento de vergüenza hacia el consumismo?

En 1968 Garrett Hardin escribió un polémico ensayo donde describió “The tragedy of the commons” o “la tragedia comunal” en la que imaginando una comunidad de pastores que compartían tierras para llevar a sus animales a pastar se concluía que, ya que el costo de llevar a los animales a pastar de más es visto como menor al de no hacerlo porque es difuso, tarde o temprano y a pesar de los pactos comunales que se hicieren el pasto se iba a acabar.

Vista a través de la teoría de juegos la tragedia comunal es una variante del famoso “dilema del prisionero” en el que está demostrado que si una persona obtiene mayor ganancia traicionando esto es lo inmediatamente más racional y muy probablemente acabe haciéndolo, salvo que el juego se repita muchas veces y se tenga memoria del comportamiento, caso en el que la cooperación llega a rendir mejores frutos.

Desde este enfoque la tragedia comunal ha sido vista por muchos como la evidencia de que el sistema económico capitalista per se es insostenible, y esto sin añadirle la tradicional ceguera de los economistas con respecto a la ecología y al manejo sustentable de los recursos, ya que para ellos los recursos valen por lo que te cuesta extraerlos, como si lo que me costara un reloj fuera lo que invirtiera en robármelo (ejemplo cortesía del Dr. Oliver Probst). Ya que traigo vuelo, ¿cuál es el colmo de un economista? Pasársela la mitad del tiempo haciendo predicciones y la otra mitad tratando de justificar por qué las predicciones que hizo estuvieron mal.

Desgraciadamente todo indica que lo único que va a cambiar nuestros hábitos de consumo será la escasez. Es una labor titánica convencer a millones de personas de controlar su consumo cuando siempre tendrán la tentación de consumir, del “que tanto es tantito” puesto que visiblemente sólo perciben los efectos en su tarjeta de crédito y en su bote de basura mientras que difusamente forman parte de una avalancha… si hacemos caso al dilema del prisionero vemos que incluso aunque las ventajas por consumir de más fueran mayores que las de controlarse si el juego se repite muchas veces y los jugadores tienen memoria hay esperanza de que se actúe de otra forma que no es inmediatamente egoísta.

Si lo pensamos meméticamente (véanse Merry Kitschmas! y ContágiaME MEtáforas) es evidente que a través del consumo lo que queda patente es que hay algo que está replicándose y replicándose a expensas de un beneficio real sobre nosotros puesto que cada vez deterioramos más nuestro medio. Si coartar tajantemente las libertades de consumo de la sociedad capitalista puede ser visto como un ataque al libre mercado y que puede tener consecuencias económicas impredecibles, el desarrollo de herramientas de “ingeniería memética” para “concientizar” a las masas puede ser quizá nuestra única esperanza de no sucumbir a la tragedia de los consumidores.