DiVagaCiencIA

4.11.05

Why the bleep you didn't speak about evolution?


Hace poco estuvo en cartelera un documental de auto ayuda pseudo-científica new age llamado What the bleep do we know?... para una crítica responsable muy buena sobre él les recomiendo que busquen en Wikipedia. Puesto que no quiero deshacerme en injurias sobre los múltiples detalles ignominiosos de la peliculilla (en serio vean mejor la crítica de Wikipedia) voy a centrarme en un detallito que creo ninguna crítica que he visto ha abordado.

Gran parte del argumento de la bazofia (así me referiré a la peliculilla de hoy en adelante) descansa en que la realidad que nuestros cerebros conciben no es única haciendo extrapolaciones sobre la superposición de estados en los fenómenos cuánticos, poniendo al cerebro como un mecanismo de propósito general para percibir la realidad tal cual “es”…

Durante toda la maldita bazofia no escuché ni una mísera mención a la teoría de la evolución, ni siquiera para burlarse de ella. Un organismo tiene acceso a la realidad que le es suficiente para pasar sus genes de generación en generación y a pesar de lo únicos que somos cargamos todavía con gran parte de esa herencia, el “diseño” que tiene nuestro cerebro actual no es de propósito general sino que fue moldeado por la selección natural. Cuando aceptas esto resulta de esperarse que cuando observamos la realidad a una escala cuántica que no afectó directamente nuestro proceso evolutivo encontremos que es contra-intuitiva, mas no es motivo suficiente para subordinar una a la otra, como si toda nuestra realidad cotidiana tuviera que repensarse de forma cuántica puesto que son niveles de realidad distintos.

Si tan fascinados están los que alaban la bazofia con las ideas cuánticas les hago una pregunta… ¿por qué es que los efectos cuánticos acaban atenuándose, dando lugar a nuestras experiencias cotidianas apegadas a nuestra intuición? Esta realidad a la que quieren encontrarle desesperadamente salidas para levantar su autoestima, bajar de peso y dejar de drogarse es (adivinen) un efecto cuántico explotado primeramente por la evolución. Sorry… difamar a la ciencia así como así es literalmente jugar con fuego.

Ilustración tomada de Consciousness, an introduction de Susan Blackmore.