DiVagaCiencIA

5.3.06

El eudemonismo es un eufemismo

¿Eres feliz? ¿Cómo sabes? ¿Cómo puede compararse tu “felicidad” con la de alguien más?

Responder estas preguntas es sumamente difícil, en lo personal creo que son preguntas tan sin sentido como cuestionarse sobre la existencia de Dios y sobre cómo saber si existe, y qué implica en todo caso que existiera… he aquí por qué llego a esta conclusión:

Independientemente de lo que pase en tu vida jamás sabrás si hubieras obtenido mayor satisfacción de alguna otra forma, y curiosamente entre más te preguntes si eres feliz más probable es que caigas víctima de este estado de angustia del “hubiera”… de hecho es precisamente este potencialmente inagotable estado de insatisfacción el que define al sufrimiento dentro del budismo. En pocas palabras: si no hay forma de saber si en otras circunstancias hubieras sido más feliz, independientemente de lo que hagas tu infelicidad es potencialmente infinita.

Por el otro lado, siempre encontrarás personas cuyas desgracias serán mayores que las que piensas son tus desgracias, lo que significa que si quisieras construir una “escala de la felicidad” yendo de cero a infinito siempre estarás infinitamente lejos de la máxima felicidad alcanzable y siempre habrá alguien más infeliz que tú… ¿para qué perseguir la felicidad entonces? Revisemos cuales supuestos implícitos llevan a la última conclusión:

· La felicidad es conmensurable.

· La felicidad es proporcional a la satisfacción.

· A mayores desgracias, menor felicidad.

Si alguno de estos supuestos es falso -que es lo más probable- ¿para qué diablos hablar de felicidad? ¿Para qué diablos compararla y perseguirla, si no sabemos siquiera qué significa? Hay un sistema filosófico llamado eudemonismo que postula como fin ético la felicidad de los individuos. Después de lo que he expuesto queda clarísimo por qué aquel demonio teutón llamado Arthur Schopenhauer escribió alguna vez que el eudemonismo es un eufemismo

La felicidad vive entre nosotros no por ser definible y delimitable, sino porque acordamos en buscarla (véase En acuerdo categórico); se repite entonces el patrón memético de que algo se propaga a expensas del ser humano independientemente de si lo beneficia o no (véase Merry Kitschmas!).

El único estado que me atrevería a llamar MI felicidad es la conformidad absoluta con todo, en lugar de tomarla como el deber ser de lo que me acontece, estar abierto a lo posible independientemente de lo que sea. En pocas palabras dejar de buscar la felicidad y comenzar a vivir…

Esto me recuerda al colmo platónico de quedar tan abstraído en conocerse a uno mismo al grado de olvidarse de uno mismo (jajajajaja).

¿Por qué hablé en un principio de la existencia de Dios? Porque en mi opnión Dios es el deseo de alcanzar lo inalcanzable: unificación de la totalidad, compañía en la soledad, protección en la invalidez, algo en la nada, y como tal se gana la vida por maltrecho que esté, adquiriendo poder de la impotencia… ¿será capaz de promoverla en pos de su supervivencia?

Les dejo de tarea que aten los cabos sueltos…